miércoles, 13 de octubre de 2010

Soñar.-

Si buscamos un significado de esta palabra seguramente vayamos a encontrar términos como “Discurrir fantásticamente y dar por cierto y seguro lo que no lo es.” o “Anhelar persistentemente algo.” Soñar va más allá de anhelar o de fantasear con algo. Sabemos que la vida es un viaje, en el cual cada uno debe encontrar su camino y dentro de ese camino encontrarse a uno mismo. Cuando hayas recorrido ese tramo pensás que estas listo, crees que contestaste todas las preguntas que te planteabas pero cuando quisiste darte cuenta que tenias las respuestas ya las preguntas habían cambiado. Dentro de uno hay un mundo, individual, único, el cual hay que saber penetrar, hay que conocer y cuando menos te lo imagines empezás a deducir cosas y encontrar significados en los que nunca antes te habías detenido a pensar. Soñar forma parte de este viaje. Para aprender a soñar no se necesita más que conocerse, de saber qué es lo que uno quiere, de animarse a más y de creer en uno mismo. Aunque soñar, soñemos todos, el verdadero soñador se concreta cuando este decide que ya los sueños no sean sueños y formen parte de una realidad. Cuando decide no quedarse de brazos cruzados y con la boca cerrada. Cuando el soñar ya no es mas pensado, sino actuado. Cuando no solamente sueña por él, sino por todos. A este mundo dormido le faltan esos fieles soñadores que eleven la voz y que vayan por mucho más de lo que anhelan. Cuando se aprende a soñar ese proceso se convierte en un círculo vicioso que surge del alma. Los sueños son metas que cada uno se plantea y al concretarlos, lo único que querés es ir por más sueños que lograr y deseas volver a sentir ese bienestar que se siente cuando sabes que te superaste. Soñar nos mantiene vivos, porque no hay absolutamente nada que no puedas realizar. Nada es imposible. Para soñar lo único que necesitas es esperanza, fe, amor, imaginación y fuerza de voluntad.
Ahora te queda aprender.

No hay comentarios:

Publicar un comentario